Ah! Avinagrada y ajada envidia.
Envidia tienes del que disfruta.
Aquí, soy tu esclava y debo hacer lo que tú digas.
Ah! puta moralina que oprimes mi reveldía!
Pero yo puedo volar,
y llego lejos, a donde tú no me puedes seguir.
Fuera de tu alcance, te puedo insultar!
Yo no soy como tú, ni lo seré jamás.
No me amonestes por ello, ya soy immune a tus riñas.
No hago, ni haré lo que debo! Y lo hago lo mejor que puedo!
Soy la que se enfada a tus espaldas.
La que te ridiculiza cuando no estás.
Soy esa hipócrita que habeis creado.
Aún que después me arrepienta,
disfruto insultando.
Dejo libre al león,
a la fiera, etérnamente enjaulada.
Bajo mi cuerpo de cordero,
hay un monstruo voraz enfermo de odio.
Mas me avergüenzo de sus rugidos
y lo callo con sonrisas.